martes, 23 de febrero de 2010

El tren


El frescor del vagón calma mi escaldada y algo enrojecida piel debido a la bochornosa tarde que hace ese dia condensando las gotitas de sudor que recorren mi cuerpo. Suelto un bufido de alivio que arranca alguna muestra de solidalidad en las caras acaloradas del resto de los pasajeros. Miro a mi alrededor buscando un sitio donde poder sentarme tranquilo y relajar mi cansado espiritu... y es cuando la veo, tan hermosa, tan perfecta... como una angelical aparición buscando almas que salvar en la tristeza del purgatorio. Debe tener algo más de 40 años, cabello largo, rubio mechado de interminables y sensuales bucles que caen por encima de sus ombros hasta rozar el nacimiento de los pechos que contrasta con el moreno de su piel, ojos luminosos verdes, vivaces, inteligentes y una boca que pide ser besada hasta el infinito. Su cuerpo, armonioso solamente es tapado por un pequeño vestido blanco veraniego, que se pega a ella como una segunda piel, incapaz de disimular sus mas bellos encantos. Mira con devoción maternal a dos personitas, que deduzco son sus hijos, 2 pequeños traviesos que arrancan sonrisas de su madre, lo cual la hace aun más irresistible. La deseo en ese momento. La boca se me seca y me muevo incomodo intentando disimular el bulto que mi verga ya dibuja por debajo de mi pantalón... es cuando me doy cuenta que otro hombre más la mira con la misma pecaminosa lascivia que lo hago yo, lo noto en su cara... me sorprendo a mi mismo... siento celos, celos de ese hombre, celos de como imagina que la devora... es mia!, la vi primero y me pertenece, solo yo puedo admirarla, solo yo puedo fantasear con ella en esos instantes, solo yo puedo imaginar que la poseo de mis maneras distintas... Se da cuenta de nuestras acosadoras miradas y las devuelve, solamente de reojo con extremada rojez y vergüenza... El tren llega hasta el final del anden de la última parada. Todo el mundo va bajando, menos yo, que permanezco en mi asiento... quiero verla caminar, quiero ver sus formas atrasluz, quiero verla moverse con esa elegancia del que hace gala en cuando se dirige hacia la salida del vagón. La veo, de pie en el anden, todo el mundo ha desaparecido ya, y las luces se han apagado esperando la próxima salida y es, de repente, cuando por primera vez, me devuelve la mirada de manera directa, desafiante. Se agacha unos instantes para decirles algo a sus alborotadores niños, que desaparecen corriendo con unas monedas y vuelve a entrar para caminar hacia mi. La miro hipnotizado, segundos que parecen dias. Se aproxima, decidida, sin miedo, desafiante...

"Tenemos poco tiempo", murmura al tiempo que sus manos se han posado en mi bragueta para liberar de su prisión mi polla totalmente erecta. Me levanto levemente para facilitar su trabajo. Soy incapaz de decir nada. Recorre mi verga con sus expertas manos, acariciando, estudiando, calibrando que es lo que tiene en su poder... parece satisfecha. Se coloca encima mio, apoyando una de sus piernas en el suelo y la otra en el asiento contiguo y sin dejar de mirarme, tal como yo hacia unos minutos se levanta un momento el vestido y aparta su braguita, dejando a mi vista, solo unas milesimas un coñito perfectamente arreglado, húmedo, goteante, pidiendo ser llenado de hinchada carne masculina. Se agacha para ser penetrada, de una sola vez, entrando como una espada en su vaina, hasta que mis testísculos chocan con su piel... Me mareo, es un torbellino de sumo placer... la visión de ella mordiendose el labio inferior ahogando el primer suspiro, su empapado sexo que me envuelve, el morbo de follar ahi mismo hace que este apunto de correrme ahi mismo, de tener mi orgasmo, de llenarla con mi espesa carga. Lo nota... lo nota en el palpitar de mi miembro, en mi esfuerzo por contenerme, en mi respiración agitada que siempre anuncia lo que vendra a continuación. Se queda ahi quieta, unos segundos mientras intento controlar mis impulsos. Se levanta hasta la puntita de mi glande para volver a ser penetrada por segunda vez, y luego una tercera vez... y una cuarta y una quinta. Esta satisfecha de su maniobla, sus manos ahora se posan en mi, facilitando el ritmo de la penetración. Recupero mi consciencia en cuanto los primeros jadeos salen de su boca. A mi fosas nasales llega el aroma de su dulce madurez mezclado lujuriosamente con el perfume de su sexo pastoso. Libero uno de sus pechos, que saltan sobre mi a la velocidad que impone que su vestido y ropa interior es apenas capaz de retener. Un pezon de color cafe aparece ante mi, mi lengua se enrosca sobre el, lamiendolo, mordiendolo, provocandole ese pequeñito dolor que aumenta el placer. Una de mis manos acaricia sus caderas pidiendole más velocidad, más ardor, mas apremio y la otra estruja sin compasión su otro pecho por encima del algodón. Me agarra de la cabeza y por primera vez me besa, labios de fresa y menta que acalla nuestros apagados quejidos. Lo siento palpitar de nuevo, pero no solo, tambien su conejito palpitar, siento sus espasmos que vienen a mi como un gran tsunami sexual... la aprieto contra mi, cuando, sin poder contenernos, nos abandonamos... siento mi semen chocando contra su utero, como recibe mi regalo en el momento que ella alcanza su extasis... "gracias" me dice cuando empieza a irse..., solamente se vuelve una vez "hasta la semana que viene" dice sinuosa y sale, al tiempo de recibir con una sonrisa a sus hijos que traen las manos llenas de dulces de alguna máquina espendedora... el pitido del revisor anunciando la inminente llegada me devuelve a la realidad. No esta, miro a mi alrededor, pero no la veo... en algun momento ha abandonado el tren dejandome en esos momentos apesumbrado... y en el rostro del otro hombre, de aquel que habia sentido celos inconfesables, veo reflejada la misma tristeza que ahora tiñe mi rostro...

2 comentarios:

Amanecer* dijo...

Valiente, que relato mas excitante, me has dejado...perdona tengo que coger aire, bufff.
Sin duda alguna la señora era todo un volcán de pasión y deseo, e hizo una buena obra caritativa. :)

Eres un crack relatando, dejando esas imágenes tan nítidas que se graban en la mente del que va leyendo.

Besos.

escort madrid dijo...

Simplemente fantastico. Morbo y sensualidad.