martes, 2 de marzo de 2010

Mis besos


Te contemplo desde umbral de la puerta. El aire del ventilador mece tu pelo y suaviza tu cuerpo mientras mi mirada te devora en mil y una escenas diferentes... es increible lo hermosa que estas solamente vestida con esa pequeña pulsera que adorna tu tobillo derecho. Me devuelves la mirada, sonriente, y con el dedo índice me pides que me aproxime a ti... me siento como el malvado lobo que se acerca de puntillas a un sabroso corderito... me siento a tu lado, recibiendo tambien el agradecido aire... doy mis primeros besos en tu frente, suaves, casi paternales acompañados por caricias en el nacimiento de tu largo cabello azabache. Mis labios bajan por tu tabique nasal, besos casi impeceptibles, cariñosos, hasta tocar la puntita redonda de tu nariz y que te hacen sonreir de nuevo, esta vez por las cosquillas que te produce mi barba de 3 dias... besos en la comisura de tus labios que hacen abrir tu boca, ansiosa por recibir la mia... besos apasionados que nuestras lenguas multiplican por mil, que amenazan con dejarnos sin respiración... dulce ahogo... consigo liberarme de tu hambrienta boca, que boquea buscandome durante unos breves segundos, hasta que vuelves a sentir mis besos en el interior de tu cuello justo debajo del lobulo de la oreja... aspiro con fuerza tu perfume... me embriaga... me marea... cierro los ojos y por unos instantes, abandonando los besos, dejandome llevar por esas sensaciones que nublan mi mente... besos rapidos, curiosos que descienden por tu antebrazo hasta el codo y vuelven a subir por el interior del mismo hasta llegar a la axila perfectamente rasurada. Una pequeña gota de sudor se cuela entre mis labios y lo saboreo, pequeñisimo preludio de lo que puede venir a continuación... besos que prodigo por el contorno de tu generoso pecho, recreandome más de la cuenta, sabiendo que lo que deseas es que me apodere de tu pezón hinchado con la misma pasión con la que antes lo hice con tus exhuberantes labios... besos que se enroscan en torno a tu pezon, haciendome daño con la extrema dureza del pequeño organo desafiante, succiono con fuerza... pequeña mezcla de placer y dolor que hacen que de tu garganta aflore los primeros gemidos de placer. Me muevo hasta tu otro pecho, propinando besos por tu canalillo como si fuera tu propia boca, como si quisiera callarte. Mordisqueo el otro pezón, celoso por no haber sido el primero en tener mis atenciones bucales, al tiempo que estrujo amorosamente el pecho que acabo de abandonar a su suerte, abarcandolo con toda la palma de la mano... más gemidos que solo son tapados en parte por mi respiración.

Besos que descienden por tu cuerpo, hasta topar con el hoyito de tu ombligo. Meto mi lengua en el imitando  los movimientos familiares que tantas veces he propinado a tu rosado clítoris. A mi fosas nasales llega los primeras pinceladas del aroma de tu sexo, cosquilleando todo mi ser... por segunda vez aspiro fuertemente... por segunda vez vuelvo a perderme en un mar de maravillosas sensaciones casi orgasmicas... y por primera vez tengo que controlarme para arrancar mi ropa y hacerte mia en ese mismo instante... Besos sonoros que se acercan a tu pubis, provocados por el transpirar de tu cuerpo, impaciente por esperar lo inevitable y aun asi tan lejano todavia. Llego hasta el nacimiento de tu rajita y subo con la lengua de nuevo hasta tu ombligo... sueltas un bufido de impaciencia y yo desde donde estoy un beso al aire picaramente y un guiño de ojo , promesa de que recibiras tu premio... Besos que porfin tocan el borde de tu sexo. Abres tu piernas, automaticamente, como una hermosa flor al amanecer empapada de fresco rocio mañanero mostrando los secretos que oculto durante la noche. Mi lengua se introduce entre los labios de tu ... Saboreo con deleite la más dulce de las mieles que pueden existir, gimes más fuerte y tus manos se enreden entre los rizos de mi cabeza instandome a seguir. Mi musculo rosado explora la abertura que tantas veces ha recorrido mi verga egoista, quemandome más que las más grande de las pasiones que domina mi alma. Mi lengua es sustituida por mi dedo corazón, pobre, aunque placentero sustituto de mi miembro viril, imitando los movimientos de esta al penetrarte y recorro los recovecos de tu conejito intentando memorizar último centimetro de piel, hasta que mis labios porfin dan con tu clítoris más enrojecido palpitante y tentador que nunca. Levantas las caderas, facilitando mi acción, empujando mas tu ... contra mi rostro, contra mi mano, buscando el extasis que se acerca vertiginosamente. Mi lengua recorre tu pequeño musculo del deseo de abajo a arriba y en circulos concentricos dando suaves golpecitos con la puntita. Arqueas la espalda. Abandonas mi cabeza para apretar con fuerza la sabana de la cama manchada por mi saliva y los fluidos de tu intimidad. Te corres sin parar con jadeos que amenazan con excitar hasta el mismisimo dios de la lujuria. Lamo todo tu sexo, no dejando escapar ni una gota de tu dulce humedad al tiempo que sujeto tu cuerpo... Besos relajantes, tiernos, complacientes, babosos, que bajan por tus muslos aun temblorosos, marcados por mis manos. Vas recuperando la normalidad cuando mis labios ponen fin a su trayecto besando tus tobillos y pies... porque al fin y al cabo solo soy eso, un humilde vasallo, un servidor fiel, un esclavo a tu servicio, que siempre estara a tus pies... que sera lo próximo que me pidas?

2 comentarios:

Adis dijo...

Madre mia como escribes!!!

Me he llevado una sorpresa muy grata, me ha encantado tu relato, muy bueno y con ganas de mas, por aqui me tendras a menudo, te sigo, ya te enlace
sino te importa seguire curioseando por tu blog, quiero leer todo lo escrito en el
Besos

Adis

Anna dijo...

Valiente, valiente...
ni te imaginas como me has dejado después de leerte (ufff! aparte de casi sin palabras).
Tus relatos son "perfectas" palabras encadenadas. He llegado aquí mediante un enlace de otro blog y no me esperaba algo así, la verdad.
Nada, que te sigo, que espero tu siguiente relato.