... Una minúscula braguita blanca cubre tu sexo ansioso de caricías y mimos. Empujas las caderas, ofreciendomelo, impaciente, jugando de nuevo, retandome... tus juegos acaban cuando mi indice recorre delicadamente el borde de tus abultados labios por encima de la tela, desde el pubis hasta el final de tu sexo. Respiras profundamente. Tu coño esta extremadamente sensible a cualquier contacto. Repito el proceso nuevamente, recreandome en ello. El algodón de la braguita se pega a tu piel mostrandome el relieve de lo que oculta tras de sí. A mi olfato empieza a llegar ese olor único en cada mujer y que nubla el buen juicio de su macho...
... Mis manos suben por tus muslos hasta enredarse en el elástico de la única prenda que decora tu cuerpo. Entiendes perfectamente mis intenciones y levantas levemente la pelvis en un movimiento cargado de sensualidad y abandono, solamente lo justo para permitirme manioblar. En unos instantes la prenda interior cuelga casi obscenamente de uno de tus tobillos... A pesar de la penumbra reinante, puedo diferenciar perfectamente el reflejo de las primeras gotas de rocío, como una flor que se abre al amanacer a un nuevo día, que haran bailar mis pupilas gustativas...
... Te miro directamente a los ojos, aceptando el desafío que antes me lanzastes orgullosa, en el momento que la puntita de mi lengua da los primeros toqueteos curiosos por tus labios verticales. Me deslizo entre la piel suave y rasurada dando suaves lengüetazos, conociendote por primera vez, explorando tu íntimidad con la precaución propia del terreno desconocido, introduciendome milimetro a milimetro en tu hendidura del rosa del romanticismo y del purpura de la pasión...
... Cierras los ojos, dejandote llevar por el ritmo que marco. Tus manos se enreden entre mi cabello. Lo acarician animandome y tiras de mi intentando recobrar el control sin conseguirlo. Te Saboreo con glotonería, con gula, con hambre de 1 semana. Sabes a mar, a hembra, a dulce y rica miel, a sudor agrío... Te huelo, te disfruto, te memorizo. Tus gemidos, tus movimientos, me excitan. Mi verga crece y se endurece aprisionada entre mi bajo vientre y la sabana, la misma sabana que recoge con humildad en un charquito mi saliva y tus jugos que se deslizan entre tus muslos...
... Encuentro tu clítoris, hínchado, pidiendo egoistamente sus atenciones, la perla mas bonita de la creación concebida unicamente para el extasis... Tus roncas palabras y susurros guian tu placer a traves de mi lengua. Sigo tus susurrantes ordenes. Enrosco mi lengua y mis labios como una boa extrangulando a su presa en tu perlita. Lamo, chupo, beso, babeo, acaricio, siempre segun tus instrucciones, siempre siguiendo tus deseos...
... Mi dedo corazón tantea tu húmeda entrada moviendose en pequeños círculos imitando a mi lengua. Pegas un pequeño respingo cuando notas mi dedo entrando en tu mojada cavidad, sin prisa pero sin pausa, centímetro a centímetro, dulcemente pero sin compasión, desde la roma uña hasta el nudillo. Siento las paredes elásticas y pringosas envolviendome, calibrando el grosor del intruso invasor, quemandome con tu calor, con la esperanza de que sea mi polla deseosa de dejar su savia quien te esta penetrando... pero eso vendrá luego, solamente cuando te haga tocar el cielo con la punta de los dedos...
... Noto tus contracciones preorgasmicas dentro de ti, tus jadeos van creciendo en intensidad. Paro. Te sorprendes. Dejas de gemir. Me miras enfadada. En tus ojos veo la lujuria insatisfecha y el orgullo herido. Quiero hacerte sufrir, deseo que supliques por obtener tu propio placer. Acaricio superficialmente para tenerte en vilo, para que no olvides que ahora soy yo quien mando. Se que te vengaras, se que me haras lo mismo, que me haras sufrir de la misma manera y que disfrutaras con ello, pero no me importa, solamente vivo para sentir estos momentos...
1 comentario:
Mmmm, exitante y provocador... Buenísimo tu blog.. Te dejo besos húmedos
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