miércoles, 3 de febrero de 2010

Insomnia

Miro el reloj dígital que parpadea en la mesita de noche. Las 3 y media de la mañana. Me revuelvo en las sabanas con fastidio que me parecen mas pastosas que nunca. El ventilador intenta aliviarme con el frescor procedente de sus aspas pero no puede competir con esta noche tan cálida y sudorosa... me giro hacia ella. Esta enfrente mia. Dormita. Su respiración es suave y acompasada. Siento envidia de no poder estar sumergido en el mundo de los sueños viviendo torridas aventuras. Su contorno desnudo y oscuro corta sensualmente la penumbra de la habitación y tengo que contenerme para no despertarla para saciar el fuego que me consume por dentro... Un gemido quejoso procedente de fuera me pone alerta. Procede de la ventana y a ese gemido le sigue otro, y otro y otro más, acompañados por risas apagadas y murmullos incitadores. Me incorporo, mi curiosidad morbosa puede conmigo. Me pongo depie sobre la cama y con mucho cuidado avanzo hasta la ventana intentando que el colchon no chirrie mas de la cuenta y me delate. Quedo fascinado y embobado por lo que veo. Mi verga se endurece rapidamente dentro de mi pantalón corto y no puedo evitar pegar mis caderas contra la pared buscando el roce. Una presencia detras de mi me pone en alerta. Sus brazos rodean mi pecho. Se ha despertado y me ha seguido. Su morbo es casi tan insaciable como el mio. Noto su piel, ardiendo contra la mia. Sus pezones, hinchados, clavandose amorosamente contra mi espalda. No se enfada, no me regaña, solamente me susurra al oido que es lo que veo, susurro que me sabe a caricia lasciva. Es algo mas baja que yo, pero se perfectamente que esta mirando por encima de mi ombro. Su mano baja para apretar mi polla por encima de la tela haciendo ver que es suya y solo suya y para incitarme a hacer lo que me pide. Un escalofrio recorre todo mi cuerpo. Decido seguir con el juego que me propone. Vuelvo a mirar. A escasos metros de nuestros ojos dandonos la espalda, una ninfa de curvas exquisitas y cabello largo del color del trigo cabalga sin descanso sobre la verga de su amante, sin ningun disimulo, sin importarles que les puedan estar espiando. La mano se ha deslizado por debajo del elástico y empieza una suave masturbación acompañando a mis palabras. Baja mi prenda arrastrando mi polla durisima que salta nerviosa en el aire una vez liberada de su prision...

Ahora sus caricias son más directas, más placenteras, más eficaces. Lanzo mis primeros suspiros que intento acallar lo maximo posible para no delatarnos. Mi orgasmo se acerca demasiado rapido... Para. Ella misma se ha dado cuenta de lo cerca de estoy. Busco con mis caderas sus mágicos dedos, pero me esquiva haciendome sufrir. "Dejame hacer" me vuelve a susurrar. Me rodea moviendo ligeramente mi cuerpo hacia la derecha. Se agacha y me mira. A pesar de la oscuridad reinante puedo ver sus ojos llenos de devoción y lujuria, solamente un segundo antes de que su boca busque mi miembro. Su lengua recorre toda la superficie de mi verga, mi prepucio amoratado, todos los recovecos que marca las venas hinchadas, la base hasta mis testículos rasurados... mi boca se seca, mis piernas me fallan. La engulle, lamiendo glotonamente. Vuelvo a mirar hacia mis vecinos ardientes. Ella ahora se ha agachado sobre su amante besandose con pasión. Veo perfectamente la verga del hombre taladrandola sin parar, en largisimas y rapidas embestidas. Sus testículos provocan al chocar suaves ondulaciones en el culito prieto de la rubia amazona. Me agarro al marco de la ventana cuando las familiares pulsiones preorgasmicas me anuncian el sumo placer. Intento avisarla, pero como respuesta pasa su mano por debajo de mis piernas para no dejar escapar su presa... dentro de su boca, entre la maralla de cabellos despeinados que no me deja ver nada exploto en un orgasmo intensisimo. Todo mi ser se tensa y alcanzo el mayor de los nirvanas... Uno, dos, tres y cuatro largos chorros de mi savia se deslizan por su garganta hambrienta... Bebe de mi, lo noto, deslizandose por su garganta... En el otro lado, tambien han acabado su pasional encuentro y ahora se abrazan satisfechos. El hombre busca a tientas el interruptor para apagar la luz. "Buenas noches" me susurra mi amor picarona de nuevo. Se ha vuelto a incorporar delante mio. Siento ligeramente mi sabor agrio en su aliento y vuelve a acostarse esperando a que la acompañe... en sus sueños...

3 comentarios:

pitusa dijo...

Suerte con tu blog, tiene buena pinta, vendré a verte.
Un beso

MB dijo...

Ojalà hubiera màs blogs como el tuyo, leerte genera emociones.

Gracias tambièn por tu visita y por el link, nos seguimos leyendo.

Miss Bliss

Sandra dijo...

Fantasía o realidad, que más da...si una larga noche de verano se pudiera aliviar de esa manera, pasaría noches en vela esperando la última gota de la infusión que me llevara al mundo de los sueños.

Gracias por esta referescante historia.

Besos