martes, 30 de marzo de 2010

Dimelo al oido

...Dimelo al oido, dimelo con voz queda, apagada, que las palabras solamente no las pueda escuchar ningun otro pobre mortal. Dimelo con deseo, dime lo mucho que anhelas que sea primitivo y rudo. Que te aborde sorpresivamente, teniendo sed incontrolada de ti. Que te asalte cuando atraviesas el umbral que nos ha separado todo este tiempo. Besos incontrolados, leves dentelladas que amenazan con hacer sangrar nuestros labios, lenguas entrelazandose, furiosas, intentando ganar terreno en la boca del otro, imitando la danza sensual de una pareja de cobras al son de su fakir y que amenaza con ahogarnos a los dos...

...Susurrame discretamente, como echas de menos mis besos, recorriendo el contorno del lóbulo de tu oreja, bajando suave y ardorosamente por tu cuello. Una leve pausa que nos permite tomar aire de nuevo. Absorbo tu sabor, tu olor, en cada beso salado. Tu esencia va formando parte de mi espiritu una vez más. Tu piel se eriza cada vez que sientes mi respiración y mis labios, la punta de mi naríz rozandote levemente, acompañando mi tierno recorrido, explorandote alli donde otros solamente sueñan con acercarse...

... Cuentame muy bajito como sientes humedecerte en el momento en que mi lengua traviesa llega hasta el nacimiento de tus pechos desabotonando la brusa blancaconforme he ido bajando introduciendo mis manos en tu cintura desnuda sin quitarte la prenda todavía, amarrandote a mi para que no escapes, contemplando la silueta sobresaliente de tus pezones hinchados que coronan tus pechos medianos y que desafían con romper la prisión en las que estan envueltos...

... Ronroneame como expresas con suspiros el placer que sientes al verte liberada de esos grilletes que rodeaban tus pechos y el sentir de mi boca, de mis labios, de mis dientes, atrapando uno de los pezones enrojecidos, golosamente, sabor puro de hembra en celo en mi agradecido paladar al tiempo que te hundes entre los rizos oscuros de mi cabello agradeciendome con caricias y a la vez tirones intentando apartarme de ti, desesperandome todavía más si cabe, succionando con más fuerza, sin renunciar a dejar escapar mi presa recien capturada. Mi mano sube por el contorno de tu figura apresuradamente para apresar como un vulgar pulpo tu pecho libre, celoso y deseoso tambien de atenciones masculinas...

... Dime, dulcemente, con tu calido aliento acariciando mi nuca, de que modo arqueas tu espalda ofreciendome tus apetitosos frutos y adelantas tu pelvis, para facilitarme la tarea de degustarte... pero tambien para sentir mi verga, casi piel contra piel, como se va hinchando y creciendo notando perfectamente su grosor, frotandote contra ella disimuladamente, calibrando para tu satisfación su tamaño una vez más, demostración inequivoca del deseo sexual del macho, admitiendo sin ningun rubor que te fascina lo que puedes llegar a provocar en mi a pesar del tiempo que ha pasado...

... Haz que tus palabras lujuriosas lleguen a mi mente, cuentame sin detalle como te vistes sorprendida por mi atrevimiento, un pequeño respongo al notar las yemas de mis dedos avanzar por debajo de tu falda hasta el interior de tus torneados muslos, sintiendo el calor que emana de tu sexo avido de emociones fuertes pero sin tocarlo, solamente bordeandolo, haciendo que te muevas aun más, de manera más descadara, buscando el contacto directo, pero sin conseguirlo... dimelo, solamente tienes que decirmelo, vencer tu orgullo, pedirmelo, suplicar que te toque alla donde emana toda la fuente de tu placer...

... Dime al oido con la voz más ronca y lasciva posible como lames mi verga, liberada por ti misma, sacandola de su oculto escondite sin ningun tipo de temor. Sabor a almizcle y sudor... dimelo por favor, oh si!, dimelo, no te hagas de rogar, como recorres cada poro con tu lengua, como lo envuelves, como lo ensalivas, como te pone más cachonda notarlo crecer todavia más y cabecear en inquietantes espasmos, como el abultamiento de las verdosas y moradas venas semiocultas ocultas entre la piel morena roza los carrillos de tus labios, como degustas el sabor picante de las primeras gotas que escapan involuntariamente de mi glande y que mojan tu esquisito paladar, como gotas de saliva van bajando por todo su tallo dejando un caminito hasta desaparecer entre los pliegues de mis testículos que tambien crecen al ritmo que lo hace mi polla... me lo diras?

... Dime al oido, al tiempo que la palma de tu mano acaricia mi entrepierna desvergonzadamente en algun lugar público, de que manera recuperamos la pasión y el ardor inicial de nuestro encuentro. Cuentame lo que sentiste cuando te lleve hasta la mesa del comedor, tumbandonte sobre la madera pulida y te penetre sin miramientos, apartandote a un lado la pequeña braguita de encaje blanco, símbolo de la pureza impropia de la zorrita provocadora que eres, mostrando a mi ojos solamente unas instantes tu coñito abierto, húmedo, rosado, antes de llenarlo con mi tremula carne...

... Dimelo de nuevo entre susurros agónicos como te sentiste totalmente dominada por mi, penetrada hasta el fondo de tu ser, oyendo como mis testículos golpean sin descanso el nacimiento de tu suculento culo, como notas al igual que yo el inconfundible olor de dos personas que follan... cuentamelo, vuelve a recordar como me pedistes que te penetrara más y más fuerte, sacando mi verga hasta la corona de mi fresón para volver a hundirme en ti. Tus piernas rodeando mi cintura a la altura de mis riñones, nuestras manos entrelazadas, atrapandote contra la fria superficie que ahora arde y nuestras bocas encontrandose de nuevo en besos sacudidos, temblorosos por las arremetidas de mi nuestras caderas buscandose sin parar, olvidandonos de porque estamos en este mundo....

... Dime al oido, con voz postorgasmicas como llegastes al extasis, como te contraes y te aprietas a mi con más fuerza mientras te agitas casi sollozando... tu sexo apretando al mio en olas ritmicas provocando mi propio orgasmo, nuestros cuerpos tensionados, tocando el cielo con la punta de los dedos, pulsiones provinientes de mi miembro viril que desemboca en una explosión de caliente savia que sentiras como un rio escapandose de su presa, que te quema y a la vez te calma...

... Cuentame al oido, lo que sentistes cuando delicadamente cai sobre ti, agotados, sudorosos, transpirando a traves de nuestra ropa a medio quitar, agradecidos uno con el otro, besos tiernos que sellan nuestro amor y que prometen futuros encuentros tan gratificantes como este... me lo diras?

1 comentario:

Anna dijo...

Valiente enardecedor de instintos básicos...